Con dinero
podemos comprar una cama,
pero no el sueño.
Libros, pero no inteligencia.
Comida, pero no apetito.
Adornos, pero no simpatía.
Una casa, pero no un hogar.
Medicinas, pero no salud.
Lujos, pero no alegría.
Diversiones, pero no felicidad.
Un crucifijo, pero no un Salvador.
Una iglesia, pero no el cielo.
A veces nos esforzamos tanto en ganar y ganar
en tener y tener...
que nos olvidamos SER
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